samedi 16 juillet 2016

¿ Distancia o empatía ? (Arles 3)


13 de julio de 2016, por Lunettes Rouges



(Artículo original en francés, aquí)


Eikoh Hosoe, Man and Woman, 1961 





El mayor contraste de los Encuentros de Arles está en el Méjan, debajo del amarillamiento de Tkachenko. Tenemos una oposición radical que no reside entre dos estilos de fotografía sino entre dos posturas de fotógrafos, dos relaciones con el sujeto fotografiado, y, en suma, al salir al mundo, dos filosofías. Se trata de buto, la danza rebelde, introspectiva, radical, subversiva, que Tatsumi Hijikata y Kazuo Ono crearon a finales de los años 50. 




William Klein, Tokyo, 1964




No pretendo que William Klein no sepa nada de buto, que descubrió en 1961, se encontró con los danzantes antes de fotografiarlos en las calles de Tokyo : es el conjunto que aquí presenta, Klein puro, con todo, sus tics y trucos. Klein los fotografía como si fotografiara artistas callejeros en cualquier lugar del mundo, con el mismo talento de composición y la misma distancia : hace bien su trabajo, con la curiosidad necesaria, pero sin más. La puesta en escena urbana hace resaltar la oscuridad del pavimento  el contraste entre danzantes casi desnudos y en el fondo, salarymen de traje completo curiosos y retirados. En todas esas fotografías estamos claramente en la ecuación fotógrafo-modelo sabiendo perfectamente quién es quién y sin poder escapar de una relación de poder : el uno danza para el objetivo del otro, el otro decide todo, lugar, marco, ángulo, el uno es el sujeto del otro, palabra, no podemos más ambigua. 






Eikoh Hosoe, Man and Woman, 1961




Muy diferentes son las imágenes de Eikoh Hosoe, primero porque no son el fruto de un encuentro fortuito y se extienden en la duración, de 1960 a 2005. La primera serie, en la estrada, Man and Woman, data de 1961, con Hijikata : son fotografías oscuras, carbonosas, sensibles, en las que la línea del cuerpo está apenas esbozada, en las que la simbiosis entre el fotógrafo y los danzantes es tan fuerte que uno se siente casi como un intruso al mirar las imágenes. 





Eikoh Hosoe, the Butterfly Dream, 2006




También porque Hosoe no se posiciona en ningún momento como un fotógrafo documentalista que informa sobre un evento o performance : para The Butterfly Dream, trabaja con Ono durante 45 años, se convierte en su doble, su sombra, su alma. El resultado es un poema entre dos, comunión, fusión, allí ya no es el uno que danza para el otro sino prácticamente una obra común, una fusión. 





Eikoh Hosoe, the Butterfly Dream, 2006




En esas imágenes, Ono está solo, trágico, ambiguo, desdoblado; se le ve a la orilla del agua como a un animal perseguido, se le ve en un puente, casi arrastrado por su sombrilla o simplemente meditando en su casa. Todo es danza, ya no hay frontera entre vida y danza, ni entre danzante y fotógrafo. 




Eikoh Hosoe, Man and Woman, 1961




En resumen, Klein hace Klein pase lo que pase, mientras Hosoe se funde en el buto.




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