vendredi 28 mars 2014

La huella de un cuerpo (Pierre Savatier)

28 de marzo de 2014
Por Marc Lenot
La huella de un cuerpo (Pierre Savatier)

(Artículo Original en francés aquí)



Yo conocía los fotogramas de Pierre Savatier, "juegos de sombra en lo infradelgado" (M. Frizot), en donde pañoletas y gotas de agua le daban una extraña materialidad a las pruebas fotográficas. En la galería Jean Brolly (solamente hasta mañana, se me hizo tarde), podemos ver su trabajo reciente, escanogramas, fotografías hechas con un escáner, en donde una simple hoja de papel se convierte en escultura a la Poincaré y unas bolas de vidrio sobre una servilleta se vuelven lupas centelleantes.

Pierre Savatier, "Figura #3" - 2012, escanograma, prueba pigmentaria, 115 x 96 cm, éd 1/3
Lo más extraño son sus figuras en silueta, esas arquitecturas planas de cuerpos, como dibujos anatómicos del Renacimiento en donde sobresalen osamenta y músculos : no es sino la impresión de una huella, el resultado del gesto de agarrar, de apropiarse, y también un distanciamiento. Al poner una hoja de papel milimetrado sobre una foto de moda, el artista la arruga y la pellizca delicadamente según el contorno del cuerpo que se ve a través de la hoja traslúcida; el papel conserva la huella indeleble de esas deformaciones y, una vez escaneado, genera esas huellas borrosas, confusas, de las que emerge la arquitectura del cuerpo. Se nota la tensión entre la meticulosidad, que se presume sensual y que puede ser violenta también, la palpación y la reproducción mecánica, fría y distanciada por el escáner. Existe una escala, las casillas milimetradas, como para recordarnos que al contrario del fotograma, aquí el artista es el que decide el formato y el efecto producido, media talla humana, ello nos evoca también los dibujos mentales de Michel Paysant, aunque la técnica es bien diferente.


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samedi 22 mars 2014

Reflejos de mujeres (Jérémie Bennequin)

22 de marzo de 2014,
Por Marc Lenot
Reflejos de mujeres (Jérémie Bennequin)

(Artículo Original en francés aquí)




Jérémie Bennequin, Phantasma, 2014

Desde hace algunos años, conocemos de Jeremie Bennequin, las borraduras, los borrosos y los juegos de azar, una obra toda ella hundida, fría, seca y conceptual. Sus nuevas obras pueden sorprendernos; expuestas en la acogedora Librería Mazarine hasta el 12 de abril, bajo el título 
φάντασμα : una pared con 40 pequeños objetos circulares ( hay otros nueve en vitrina, como reserva, o como eco en otra pared), enmarcados dentro de un círculo negro o plata, con un espacio entre el marco y la imagen, un anillo negro como una marie-louise circular que ocupa prácticamente la mitad del espacio. De la periferia al centro se debe franquear un halo de luz, barrera suplementaria antes de acceder a la imagen. O de tratar de hacerlo.


Jérémie Bennequin, Phantasma, 2014, vista de la exposición 

Reflejo deformado, bosquejo de anamorfosis, desenfoque estenopo, velo encubridor, artificio óptico a la Parmigiano, objetivo distorsionado como el oculus de una mirilla, uno no sabe. Es sin duda, y ante todo, un escudo del cuerpo femenino, un cuerpo de mujer que se ve a veces voluptuoso y que se ofrece, a veces tenso y violento, pero del cual, muy a menudo, sólo se adivina un fragmento, un miembro, un órgano, una piel, una vellosidad. O quizás sea sólo una sombra, un fantasma, un φάντασμα. Los colores forman en la pared un espectro, una descomposición del prisma; del más frío al más cálido, algunos parecen químicos, ácidos o irisados. Ni ellas ni las imágenes le deben nada a los programas informáticos de post-producción.


Jérémie Bennequin, Phantasma, 2014

Esto es, claro, un eco del escudo del Caravaggio de los Uffizi, una representación plural de la Medusa, de mirada asesina, que encuentra su imagen en el escudo de espejo de Perseo : autodestrucción ineluctable, en pocas palabras, reversión del proceso, reflejo indirecto. La visión  en túnel, la mirada cíclope a través de la mirilla, el juego de espejos, todo se utiliza aquí : la imagen de la divinidad infernal nos protegerá ? O por el contrario nos enredará en el remolino de un deseo indeterminado? 

Jérémie Bennequin, Phantasma, 2014
El poema de rimas barrocas nervalianas que acompaña las imágenes abre nuevos horizontes. En el segundo verso, se lee "dado que", y uno se pone a pensar en otro oculus, con otro cuerpo de mujer, desnudo, extraño y penetrante...

Jérémie Bennequin, Phantasma, 2014



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jeudi 20 mars 2014

Guido Guidi, fotógrafo de las márgenes

20 marzo 2014,
por Lunettes Rouges
Guido Guidi, fotógrafo de las márgenes 

(Artículo Original en francés aquí)


Guido Guidi, Fosso Ghiaia, Ravenna, 1971

En general definimos a Guido Guidi  (en la Fundación HCB hasta el 27 de abril) como a un fotógrafo de paisajes : y es verdad, claro, pero no esperen ver las colinas de Toscana, las ruinas romanas, el pintoresco napolitano o las playas jónicas, no se trata de Luigi Ghirri, Guidi es un fotógrafo de la periferia urbana, de los espacios decrépitos que ya no son verdaderamente agrícolas y todavía no son industriales, de ese universo sin formas, sin esencia, de donde saca, no la ausencia  de belleza, sino, en todo caso, su singularidad. Guidi fotografía las calles, los yermos, las fachadas, la escoria, todo ese universo, que en general preferimos no ver.  En general el hombre no es sino incidente, secundario, un artilugio del mecanismo que se descubre aquí : y además, los retratos con pose de Guidi que muestra la exposición sorprenden por su carácter atolondrado, formal, como si el fotógrafo se topara ahí con otra forma de muro, como si le costara trabajo rebasar, aclarar ( mientras que el hombre capturado en el tren leyendo el periódico, y enfadado porque lo están fotografiando es impresionante).

Guido Gudi, Cesena, 1967
Guidi trabaja por series, mirando incansable cómo el paso del tiempo, el juego de la luz, las variaciones del cielo cambian la imagen. (Fiume), variando el ángulo de

Guigo Guidi, Calais, 04.1996

toma (Preganziol), jugando entre color y blanco y negro (Venecia 1984). Sentí mucho que no estuviera su serie en la tumba de Brion de Carlo Scarpa, que, para mi, es a la vez un trabajo estilístico apasionante y una herramienta de meditación estética y ética. Aquí hay una serie geográfica abundante, un viaje triste que no tiene nada de "road movie", una serie de paisajes de San Petesburgo a Santiago de Compostela (pasando por Caláis, aquí al lado) en donde, una vez superado el pretextado itinerario peregrino, las vistas de ciudades sombrías y de yermos se siguen, similares, sino fuera por las enseñas y las marcas de coches.
 
Guido Gudi, Rimini Nord, 14/10/1991


Las más fascinantes son las cuatro misteriosas fotografías ( no se pueden reproducir ) en la pared del fondo de la primera sala, todas hechas en Ronta en 1981. Las dos del centro, tomadas el 19 de mayo, sólo muestran sombras indefinidas, formas inacabadas en la penumbra : se trata de negativos de papel salado. Los dos otros, más grandes, que los enmarcan, datan de septiembre : se trata aparentemente, de tondi, fantasías del objetivo o de la cámara. Se distingue un cuarto y un espejo frontal con el fotógrafo y su cámara. Nada dice nada, no se sabe nada más, ni de la técnica, ni del lugar, ni del tema, ni de la razón por la cual el preciso y atento Guidi produjo esas imágenes de entre dos, esos fantasmas fotográficos arcaicos o revolucionarios, que hay que ver allá. 
 



Henri Cartier-Bresson, Madrid, 1933
P.D. : aprovecho para decir unas palabras sobre la gran exposición Henri Cartier-Bresson en el Centro Pompidou (hasta el 9 de junio) : exposición sería y científica que presenta todas las facetas del trabajo del fotógrafo, en donde sobresalen la evolución y la coherencia, no se limita al tan trillado "momento decisivo",
Henri Cartier-Bresson, Haïfa, 1967

por lo tanto sobresale en todo punto (el catálogo parece muy bueno), pero es un poco seca e incorpórea, le faltan fantasía y calor. Al salir (después de esta última fotografía, insondable, de niños ~árabes o judíos ~? En Haifa en 1967), me puse a leer de nuevo a Pierre Assouline para darle un soplo de vida a esta abstracción.  Contrasta con el distanciamiento hogareño de Guidi.

 
copyright Guidi et Cartier-Bresson (Magnum)


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